Seguro que ha visto secuencias de póquer en varias películas famosas. Los héroes intercambian miradas atentas, intentando descifrar los motivos del otro y estimar qué cartas tienen. Inesperadamente, un forastero que ha perdido la mayoría de sus partidas y está decidido a recuperar su dinero dobla sus apuestas. ¿Está fingiendo? ¿O realmente tiene una combinación ganadora? Todo se reduce a la psicología, y no hay duda de que entender el cerebro de las personas puede ayudarle a ganar cualquier partida de póquer.

La principal fuente de esa información son las expresiones faciales de las personas. Algunos jugadores pueden enmascarar eficazmente sus sentimientos, pero incluso la falta de expresión es un indicio menor. Pero tenga en cuenta que usted no es el único que observa a los demás; ellos también le observan a usted. Según las investigaciones, los individuos hacen la mayoría de sus juicios de póquer basándose en las expresiones faciales de sus oponentes. Aquí es cuando el farol resulta útil: retrate su tristeza mientras sostiene una combinación fantástica, o actúe satisfecho por haber estado a punto de perder su apuesta. Intente parecer “digno de confianza” para que menos oponentes sospechen que va de farol, y nunca acepte lo que ve mientras mira la cara de los demás. El póquer es un juego de mentes que consiste en tácticas y técnicas, y su psicología es lo que lo distingue de otros juegos de cartas.

Por último, pero no menos importante, ¡no te tomes las cosas demasiado en serio en los juegos caseros! Los conocimientos de psicología pueden ser útiles, pero destruyen por completo el ambiente alegre de una divertida noche de póquer con los amigos.